Poco más de 200 basureros clandestinos existen en la ciudad de Chetumal

Poco más de 200 basureros clandestinos existen en la ciudad de Chetumal sin que hasta el momento se haya podido erradicar esta problemática que aqueja desde hace varios años a la capital del estado, aseveró Rafael Rivero Aburto pro ambientalista y creador de la primera aplicación digital para denunciar la presencia de estos sitios y con ello apoyar a las autoridades en su erradicación.

Tan solo en la ciudad de Chetumal existen 73 colonias y 40 fraccionamientos que hacen un total de 113 asentamientos, por cada uno de ellos según refiere el entrevistado existen por lo menos 2 basureros clandestinos creados por los propios vecinos para tirar sus desechos, es decir poco más de 200 sitios donde constantemente se pueden ver todo tipo de desechos desde la tradicional bolsa negra con papeles de baño hasta colchones, defensas de vehículos, carcazas de televisores, juegos de baño entre otras cosas más.

En este sentido desde hace algunos años Rafael Rivero Aburto se ha dedicado a sacar a la luz pública las direcciones precisas de estos focos de infección para ello de manera digital lanzo una dirección web donde se puede denunciar estos lugares que es la siguiente: https:/forms.gle/2Qq9yTadptGreAZ49. A través de la dirección electrónica anterior la ciudadanía puede denunciar y ayudar a las autoridades a detectar los lugares.

Rivero Aburto reconoció que el tema de los basureros clandestinos se mantiene como una problemática vigente, aunque responsabilizó a la población de “no tomar conciencia” de la afectación que causa al arrojar sus desechos en terrenos baldíos. Por ello, exhortó a los habitantes del municipio a que reporten a toda aquella persona que tire basura en terrenos baldíos, ya que representan un peligro de contaminación y de salud pública.

Expuso que a pesar de las arduas labores de parte de las autoridades municipales para eliminar estos tiraderos de basura, la realidad es que no pueden erradicar esta problemática, debido mayormente a la falta de conciencia de la población, que muchas veces prefiere tirar la basura en estos terrenos baldíos, antes que tenerla en sus casas hasta que pase el camión recolector.