REDES SOCIALES CAMPO DE BATALLA POLITICO CON ESCASA ESTRETEGIA DE COMUNICACIÓN DIGITAL.

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REDES SOCIALES CAMPO DE BATALLA POLITICO CON ESCASA ESTRETEGIA DE COMUNICACIÓN DIGITAL.

 

 

 

Punto Exacto

Por Julian Puente

 

 

Las redes sociales amplifican tanto la locura que, da la sensación, de que los líderes y lideresas de la política empiezan a ser adictos a la declaración exagerada. Los que nos dedicamos a la comunicación hemos pensado que se saca más crédito viral a una excentricidad que a un argumento técnico, práctico y, en definitiva, realista. Por tanto, la teatralización política o la faramalla es más exagerada que hace unos años por parte de quien busca algún cargo de elección popular ya que no se piensa tanto en ganarse el beneplácito de la crónica periodística tradicional como en la pretensión de cazar el “like” o “compartidas” de la pasión de cualquier usuario. Ejemplos hay muchos como aquella que salía con la pala tapando el bache, aquel cortando pollo en el mercado sin que su mandil este manchado de sangre o quien anda comprando la despensa en el mercado.

 

La excentricidad no está castigada políticamente. Al contrario, los políticos más populares suelen ser los que transmiten la espontaneidad de hablar sin pensar demasiado. Lo que, paradójicamente, les humaniza. Más aún con ayuda de las redes sociales que les catapultan como ‘influencers’ a los que amar u odiar. Pero quizá el trasfondo novedoso del problema actual está cuando los propios políticos se terminan creyendo su personaje. Entonces, quizá piensen que hablar como con un post está legitimado. Sin embargo, cuidado con olvidarse de que las redes sociales son un espejo deformado de la realidad ya que lo que pasa en Internet no siempre es un reflejo real de lo que preocupa en la calle, ojo con ello para los futuros candidatos o aspirantes a ser políticos y políticas.

 

La masificación de las redes sociales ha significado cambios sociales y culturales en la forma como se diseñan las campañas electorales y ha trasladado una importante fuerza de la discusión al escenario digital. Es tal la magnitud del poder de la opinión en la red que muchos la han visto como un campo de batalla en el que no necesariamente se juega limpio. Las personas prefieren el uso de las redes sociales porque se tiene la percepción de que son más participativas. Reaccionar con un emoticón o involucrarse en discusiones en recuadros de comentarios generan la ilusión de que las personas pueden afectar el destino colectivo y que sus opiniones son importantes, algo que no sucedía en un medio de comunicación tradicional. Canales tan masivos y populares como las redes sociales son ideales al momento de hacer propaganda política. Sin embargo, lograr que determinado candidato se posicione en medio de tanta información es todo un reto para los pocos preparados estrategas de comunicación que asesoran a los políticos, ya que hay que reconocer que muchos de ellos ni idea tienen de lo que es comunicación digital, marketing y mucho menos el big data.

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