PUNTO EXACTO

POR JULIAN PUENTE

 

 

 

YA BASTA……. RESPETO A TODOS POR IGUAL

 

 

 

 

Ya basta señores, la homosexualidad no es un problema, pero la homofobia sí es por ello que aquí o en china a eso se le llama discriminación. En el mes de mayo pasado y hace 32 años exactamente, la Organización Mundial de la Salud sacó de su lista de enfermedades mentales a la homosexualidad. Y por eso se celebra en todo el mundo el día en contra de la homofobia, en contra de los odios y prejuicios hacia las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, en contra de estas ideas que se anclan sin ningún fundamento en nuestra memoria como si fueran verdades.

 

Recuerdo que desde hace años muchas personas repiten en sus conversaciones frases como que “los gays son más promiscuos, que abusan de niños, que son poco estables”, y un montón de sentencias, algunas muy hirientes, que vienen del odio o miedo hacia lo desconocido. Son estas ideas que van de boca en boca, de generación en generación, las que hacen negarles a personas derechos tan básicos como unirse en amor a otra persona o tener una familia. El ir por la calle y gritar “m…aricon, traga sable, salta pa atrás” etc. solo demuestra la falta de materia gris de mucha gente que dice ser de mente “abierta”.

 

Cambios culturales recientes han logrado que las personas sexualmente diversas hayan ganado visibilidad en sus demandas de respeto e igualdad, y que sus voces formen parte integral del concierto social. Lo cierto es que los colectivos LGBTI siguen luchando por la aceptación plena en la sociedad,  sin embargo, las amenazas que sufren muchas de las veces no provienen solamente de desconocidos, sino que en ocasiones se generan en los espacios más íntimos. Los rechazos familiares y el acoso o bullying de conocidos en su contra siguen causando dolor físico y mental a muchas personas de este colectivo, principalmente entre adolescentes.

 

A pesar de toda la evidencia científica, muchos mexicanos seguimos apuntando con el dedo a personas LGBT y pidiendo que se les nieguen derechos, cuando a veces los llamados heterosexuales son más irrespetuosos de la ley y de las propias instituciones. Se pintan pasos peatonales y salen más abogados que en una escuela de derecho, todos señalando que es contra la ley porque no son los colores que marca el articulo tal por cual, ah pero si alguien se apodera de la banqueta para hacer su entrada del garaje o poner una jardinera fuera de su casa ahí si no crucifican socialmente a las personas que lo realizan porque para ellos eso es “normal”.

 

Ojalá sigamos el ejemplo de los más jóvenes y salgamos del clóset del odio y del prejuicio. Ojalá nos reconozcamos en los otros, en los ojos de los heterosexuales, gays, lesbianas, bisexuales y trans, sin miedo de lo que somos, sin miedo de ser todas personas bellamente diversas. Ser diferentes debería hacernos sentir esa pasión por encontrar algo desconocido en el otro. Bueno, ese debería ser el deber ser de las cosas, pero en cambio nos hemos quedado en una zona de confort que nos hace rechazar lo ‘desigual’. Lo opuesto a la mayoría, lo que rompe con los esquemas, infortunadamente es mal visto en la sociedad. Claro, no pasa en todos los casos, pero es un problema que todavía nos afecta como comunidad.

 

El hecho de que mi compañero de al lado no comparta mis gustos sexuales no significa que sea menos o más que yo. Nos presentamos tan intolerantes, tan poco afables frente al otro, que ya hasta relacionarnos nos cuesta.

 

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